Lunes 25 de agosto

Ser una bendición

… seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos (v. 15).


La escritura de hoy: 1 Tesalonicenses 5:15-18 Lisa M. Samra  escribe:

Durante un acalorado partido entre dos viejos rivales de fútbol de la escuela secundaria, los Eagles patearon el balón hacia la portería de los Pioneers. El balón entró, pero salió por un agujero en la parte posterior de la red. El árbitro no vio que el balón había entrado, y dijo que no era gol. El entrenador de los Pioneers vio el gol y se lo confirmó al entrenador de los Eagles, aunque podría haberse quedado callado. El árbitro ratificó el gol. Los Pioneers perdieron el partido 3-2.

Aunque es fácil hablar cuando es para nuestro beneficio, la Biblia alienta a los creyentes en Jesús a «[seguir] siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos» (1 Tesalonicenses 5:15). Más allá de la tendencia natural a beneficiar a nuestros amigos, lo difícil de este mandato es hacer lo bueno aun para nuestros rivales, sin beneficiarnos de nuestras acciones ni «esperando de ello nada» (Lucas 6:35).

Hacer lo bueno por un rival o competidor puede significar hablar sobre el esfuerzo de un compañero de trabajo al realizar una venta, aunque eso signifique que obtendrá una comisión mayor, o juntar las hojas de un vecino aunque es probable que no te dé las gracias.

Nuestro esfuerzo por beneficiar a otros demuestra el amor que Dios extiende a todos.

Reflexiona y ora

¿Cuándo ayudaste al equipo rival aun cuando significó una pérdida para ti? ¿Cómo demuestra esto el amor de Dios?

Espíritu Santo, dame poder para beneficiar a otros cuando me resulte difícil.

Martes 26 de agosto

Paso de ovejas

Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Dios el Señor (v. 15).


La escritura de hoy: Ezequiel 34:11-16 Kirsten Holmberg  escribe:

El tráfico se detuvo, pero no sabía por qué. Había pocos autos en el camino y no veía ninguna razón evidente. De repente, para mi sorpresa y deleite, aparecieron miles de ovejas y cruzaron la autopista. Recién llegada a Idaho, aún no estaba familiarizada con la migración anual de las ovejas a las colinas de Boise cada primavera. Los rancheros las escoltan a esas colinas donde pastan durante el verano.

Como solo viví en zonas urbanas y suburbanas, la vista me pareció espectacular. Pero las ovejas eran una parte habitual de la vida en la época de Ezequiel (y en gran parte de la historia bíblica). El profeta tomó algo conocido para el pueblo para transmitir el mensaje de Dios de consuelo y esperanza.

Ezequiel les transmitió esas palabras a los israelitas, diciéndoles que, a pesar de los años difíciles en Babilonia —consecuencia de su rebelión recurrente contra Dios—, un día los restauraría «a su propia tierra» (Ezequiel 34:13). Entonces, como un pastor, Dios «en buenos pastos [los apacentará], y […] allí dormirán en buen redil» (v. 14).

Dios muestra un cuidado similar hacia su pueblo. Podemos confiar en que Él, nuestro Pastor, nos guiará por la vida hacia buenos pastos (vv. 13-14), aunque nos sintamos esparcidos como ovejas en medio de dificultades (v. 12).

Reflexiona y ora

¿Cuándo te ha guiado Dios a través de temporadas difíciles? ¿Cómo puedes confiar en que Él sea tu Pastor hoy?

Dios, gracias por ser mi Pastor tierno y confiable.

Miércoles 27 de agosto

Un final hermoso

Y yo Juan vi la santa ciudad […] descender del cielo, de Dios (v. 2).


La escritura de hoy: Apocalipsis 21:2-5, 9-11 Jennifer Benson Schuldt  escribe:

Una cálida noche, me encontré con unos amigos para ir a comer a un restaurante que ofrecía música jazz en vivo al aire libre, pero cuando llegamos, el patio estaba lleno. Decepcionados, tuvimos que caminar varias cuadras para encontrar otro lugar para cenar.

En la tierra, las decepciones vienen en todos los tamaños. Mascotas queridas mueren. Las carreras se terminan. Aparecen problemas de salud. Perdemos contacto con seres queridos. En nuestros contratiempos, tenemos el consuelo de Dios, pero nuestras historias de vida no siempre incluyen los finales felices que anhelamos. Sin embargo, los creyentes en Jesús tienen la esperanza de una eternidad gozosa.

El libro de Apocalipsis registra la visión sobrecogedora que Dios da a Juan, quien vio «la santa ciudad, la nueva Jerusalén», la cual, «dispuesta como una esposa ataviada para su marido» irradiaba la gloria de Dios (21:2). Dios moraría allí junto con todo su pueblo. Sin muerte, ni oscuridad ni temor (vv. 25-27), abundarían la luz y la paz.

Cuando me encontré con mis amigos para cenar, terminamos en la acera iluminada del primer restaurante, escuchando la música mientras comíamos helado. Saboreamos el momento, pero sabemos que ninguna alegría terrenal puede compararse con el final supremo que los creyentes disfrutarán para siempre.

Reflexiona y ora

¿Qué es lo que más anhelas de la vida siguiente? ¿Cómo te anima la esperanza de un futuro gozoso?

Dios, ayúdame a ver mi dolor a la luz de la eternidad.

Jueves 28 de agosto

El poder superior de Dios

Porque el Señor redimió a Jacob […] de mano del más fuerte que él (v. 11).


La escritura de hoy: Jeremías 31:10-14 Arthur Jackson  escribe:

En su libro From the Pit to the Pulpit [Del pozo al púlpito], John Stroup comparte sobre las fuerzas poderosas y hostiles de la vida que lo lastimaron física, sexual y emocionalmente. Señala: «Empecé a drogarme antes de poder conducir un auto […]. Dejé la escuela y comencé a meterme cada vez más en delitos». Finalmente, esos delitos lo llevaron a la cárcel. Mientras cumplía una condena de cinco años, la Biblia se volvió real para él y se humilló ante Dios. Por la gracia del Señor, se liberó de hábitos que antes eran más fuertes que él.

La experiencia de Israel incluyó a menudo opresión y a veces cautiverio «de mano del más fuerte que él» (Jeremías 31:11). Aunque eran resultado de su propia necedad, Dios desplegaba su misericordia y poder a favor de su pueblo descarriado. Se esperaba que la restauración —que incluía celebración y cosechas abundantes (vv. 12-14)— viniera del poder superior de Dios para bien de ellos.

La vida de John Stroup es un testimonio del poder de Dios a favor de los que ponen su fe en el Hijo de Dios, Jesús. Los Evangelios testifican del poder de Cristo para contrarrestar las horribles fuerzas del mal en la vida humana. Y ese poder puede obtenerlo hoy «todo aquel que invocare el nombre del Señor» mediante una oración sincera de fe (Hechos 2:21).

Reflexiona y ora

¿Qué fuerzas de la vida estás enfrentando que son demasiado fuertes para ti? ¿Qué impide que invoques a Jesús por ayuda?

Padre, aplica hoy tu fuerza superior.

Viernes 29 de agosto

El arca perdida

… David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed- edom a la ciudad de David (v. 12).


La escritura de hoy: 2 Samuel 6:1-2, 6-15 Alyson Kieda  escribe:

Durante un campamento de su iglesia, el pastor Jeff fue a pasear con mi hijo, quien lo llevó por un sendero hasta la capilla al aire libre. ¡De repente, se encontraron con el arca del pacto! Claro, no era el arca real, sino una réplica tamaño natural que mi esposo había comenzado hacía años y que mi hijo había terminado recientemente como sorpresa.

Jeff estaba tan emocionado que reclutó de inmediato a otros para ayudarlo a llevar el arca al campamento. ¡Qué espectáculo verlos llevando el arca, mientras dos de los nietos pequeños del pastor caminaban detrás tomados de la mano!

Las Escrituras relatan sobre la ocasión gozosa en que la verdadera arca del pacto, que simbolizaba la presencia de Dios con su pueblo, fue llevada a su lugar correcto en Jerusalén (2 Samuel 6:12). El rey David estaba tan eufórico que danzó «con toda su fuerza delante del Señor» mientras el pueblo gritaba y las trompetas sonaban (vv. 14-15).

Años después, los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia, y Jerusalén fue destruida (2 Reyes 25). Las Escrituras no nos dicen qué pasó con el arca. Pero nosotros ya no la necesitamos para disfrutar de la presencia de Dios (Juan 14:16-17). A través del Espíritu Santo, Dios está en todos los que creen en Cristo. ¡Qué razón excelente para regocijarse!

Reflexiona y ora

¿Cómo te impacta saber que Dios está contigo? ¿Cuándo has sentido su presencia?

Dios, ¡qué asombroso pensar que vives en mí!

Sábado 30 de agosto

Cavar profundo por sabiduría

… he visto todas las obras de Dios… (v. 17).


La escritura de hoy: Eclesiastés 8:14-17 Tom Felten  escribe:

Un equipo de construcción en Florida, Estados Unidos, que trabajaba en un proyecto de drenaje, desenterró un tesoro valioso: un barco de pesca bien conservado del siglo xix, que contenía artefactos interesantes, incluidas parte de una lámpara de querosén, tazas hechas con cáscaras de coco y monedas. El barco se está estudiando con la esperanza de que proporcione detalles sobre cómo era la vida en esa región hace más de cien años. «No es solo la embarcación en sí. Es un recordatorio de gente común», dijo un arqueólogo marítimo. Al cavar profundamente, se obtuvo conocimiento y sabiduría.

Eclesiastés contiene grandes tesoros de sabiduría sobre acontecimientos comunes de aquella época y de ahora. Salomón revela que «el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio […] para todo» (Eclesiastés 8:5-6); que la sabiduría está en recordar «todas las obras de Dios» (v. 17) y quién es Él (12:1). Solo Dios da significado a la vida que, fuera de Él, «es vanidad» (8:14). Su sabiduría nos permite experimentar una vida de gozo y satisfacción en su presencia (v. 15).

Eclesiastés revela que la gente va y viene (1:4), como demostró aquel barco desenterrado, pero la sabiduría de Dios lleva a una vida y propósitos reales y duraderos (Juan 10:10). Profundicemos en las Escrituras para descubrirla.

Reflexiona y ora

¿Cómo las Escrituras te proporcionan sabiduría? ¿Cómo puedes cavar profundamente en ellas?

Dios, gracias por dar sabiduría verdadera.

Domingo 31 de agosto

Jesús se extiende a todos

… Jesús […] extendió la mano y le tocó (v. 41).


La escritura de hoy: Marcos 1:40-45 Karen Huang  escribe:

Leticia, que limpiaba oficinas, era conocida por caminar rápido… muy rápido. Así podía evitar fácilmente a las personas. Herida por la pobreza y acostumbrada a la resignación, pasaba junto a los demás cubriéndose parte del rostro con una mano. Dijo que su vergüenza por no ser «como la gente normal, hermosa, educada» era sumamente profunda. Cuando una mujer en el trabajo le extendió muestras de amistad, Leticia comenzó a sanar.

Un hombre con lepra vivía con una vergüenza quizá más profunda que la de Leticia. Su enfermedad lo hacía repugnante y ceremonialmente impuro según la ley mosaica, lo que lo separaba de la sociedad. Sus heridas no eran solo físicas, sino también del alma y el espíritu. En esa condición, el leproso se acercó a Jesús, y le rogó: «Si quieres, puedes limpiarme» (Marcos 1:40). Estaba diciendo que lo sanara, pero que también le quitara su vergüenza.

Jesús no respondió con repulsión sino con compasión: «Quiero, sé limpio», mientras extendía su mano y tocaba al hombre (v. 41). Como la amistad que una compañera de trabajo le extendió a Leticia, el gesto de Jesús demostró que entendía todo lo que el hombre había sufrido y que lo aceptaba a pesar de todo.

Permitamos que Jesús toque y limpie lo que nos avergüenza, sabiendo que, como sus hijos, nos acepta y nos ama.

Reflexiona y ora

¿Qué te hace sentir vergüenza? ¿Cómo puedes dejar esto en manos del amor redentor de Cristo?

Jesús, gracias por extenderme tu mano.